Al nacer me llamaste tu más grande ilusión,
hoy tú eres la mía al ocupar cada espacio de mi corazón,
soy tu niña, tu dulzura, tu más preciosa rosa,
quiero decirte madre hermosa,
que cualquier sentimiento contemplado al ver el cielo en tus tiernas
manos,
se duplica hoy en este corazón hinchado de amor.
Hemos de transitar esta vida juntas,
dando ejemplo al mundo con nuestro amor y nuestra ternura,
porque soy reflejo de tu alma
pura.
Eres tu madre el motor de mis sueños,
por quien vivo y a quien dedico cada gesta para alcanzar la meta.
Dayana Sofía Nisperuza 8°